La rosa de Guadalupe | Capítulo 769 | Sin perder la fe
Las circunstancias duras de la vida, como el hambre, miedo o la tristeza, evidenciaran cómo hasta los más pequeños pueden sufrir.
El hambre de una familia, que se ha visto en una terrible situación económica, han obligado a Saúl a abandonar la escuela, pues debido a la falta de trabajo de sus padres y al poco dinero que recibe su madre, el pequeño debe buscar otras maneras de conseguir dinero.
Zoila, su madre, quien trabaja como empleada doméstica, es echada de su trabajo al ser descubierta por su jefa cuando intentaba llevarse sobras de comida para que sus hijos comieran algo, empeorando aún más la vida de todos.
Sin encontrar una solución a la mala situación familiar, Saúl, con 9 años, decide darle fin a su existencia para que sus hermanos puedan comer un poco más al no tener sus padres una boca adicional para alimentar.
A la par, una madre ve en las noticias como la familia de Zoila sufre la pérdida de su hijo a causa de la depresión, siendo cada vez más precavida por el bienestar de su hijo, Mario, que luego de un gran temblor en el país, tiene temores constantes por el trauma, siendo víctima de bullying por parte de sus compañeros y ataques de su padre al no comprender su dolor.
El miedo se la madre de Mario aumenta al saber que los pequeños sí pueden sufrir de depresión, por lo que se pone muy alerta a lo que su hijo hace o dice, intentado prever algún trágico evento.
Mario, a pesar de recibir acompañamiento psicológico para entender y sobrellevar su trauma, continúa sintiéndose triste, por lo que, usando unas pastillas para dormir de su padre, intenta darle fin a su dolor, aunque logra ser salvado por sus padres.
La familia se compromete a ayudar en la mejoría de Mario, continuando con la terapia y buscando que el pequeño logre exteriorizar sus sentimientos, incluyendo las tristezas y temores ante la vida y los eventos sorpresivos, volviendo a sonreír y a perder el miedo de a poco.
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