Un corazón dulce en medio de la adversidad, así es Pedro Valenzuela

Pedro Valenzuela no es el típico "macho" que pone todas las cartas sobre la mesa y se lleva por delante a quien sea. En realidad, se trata de un joven sensible, simple, sensato y bastante empático, quien siempre se pone en el lugar de los otros para lograr acuerdos entre todas las partes.

A pesar de su personalidad conciliadora, su padre Horacio lo percibe como un hombre débil, por eso su trato tan distante. No ocurre lo mismo con su madre Ana, con quien se entiende muy bien y siempre mantiene una conversación fluida. 

Ante los ojos de su padre y el resto de la familia, Pedro estuvo en España estudiando sociología, la segunda carrera que inicia (y no termina). Pero a todas luces trata de esconder la verdad de "sus vacaciones", pues no estuvo estudiando, sino trabajando como cocinero en varios restaurantes.

Allí entendió que su pasión por la cocina lo es todo y que a ello quiere dedicarse el resto de su vida. Horacio por su puesto no lo entenderá, pero seguramente Pedro cuente con el apoyo incondicional de su madre, Ana.

Su amor por la cocina nace décadas atrás por cuenta de su relación con Úrsula, la empleada doméstica de su hogar y con quien mantiene una estrecha relación. 

Él por su parte, trata de entender su destino y ponerse manos a la obra para cumplir sus sueños (aunque a veces sea su propio padre el primero en querer frustrarlos). 

Él busca evitar cualquier tipo de confrontación con su padre. Definitivamente no quiere generar discordias; sin embargo, toda esa tensión y resentimiento se acumula dentro de él como un volcán dormido y listo para estallar en cualquier momento.