Uriel Zurria

Andrés Castañeda

Esa capacidad para pensar la guerra con cabeza fría, sin miramientos, unida a sus grandes dotes de estratega, lo llevan a fundar el Clan del Norte: la organización criminal más grande y poderosa del país que él mismo lidera, gracias a su falta de escrúpulos y a una crueldad sin límites, que lo hacen temible.

Acostumbrado a vivir entre el monte y la selva, a dormir en cambuches o en el mismo suelo, no le interesan ni los lujos ni las ostentaciones. Su único capricho es en realidad una aberrante obsesión por las jóvenes vírgenes de la región.