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Garzón Vive: Santiago Alarcón confiesa que éste ha sido el viaje de su vida

El actor reveló todos los detalles de su interpretación del emblemático Jaime Garzón en la serie que este viernes 1 de junio, a las 9:30 p.m., emitirá su último capítulo en la pantalla del Canal RCN.

12 Ene 2024 22:18 Por: canalrcn.com

Una emocionante experiencia en paracaídas: de miedo y de responsabilidad. Así fue el viaje de la vida de Santiago Alarcón en la serie Garzón Vive que este viernes 1 de junio, a las 9:30 de la noche, llega a su fin

No te lo pierdas: Santiago Alarcón confiesa lo difícil que fue salirse de la piel de Jaime Garzón.

Y aunque la experiencia y el talento sobresalen en su hoja de vida, el actor paisa confesó que no fue nada fácil asumir la responsabilidad de recrear la vida del recordado periodista, pedagogo, humorista y gestor de paz, por solo mencionar algunas de las tantas facetas que asumió Jaime Garzón y por las cuales se convirtió en uno de los personajes más queridos por los colombianos.

A continuación, la entrevista completa en la que Santiago Alarcón revela cómo se metió en la piel de Garzón, cuáles fueron los momentos más complicados de este proceso y qué enseñanzas le dejó el pionero del humor político en Colombia.

¿Cómo llegaste al personaje?

Cuando yo empiezo a hablar de toda esta historia alrededor de la interpretación de Jaime Garzón, la historia comienza con magia: Yo estoy sentado en el restaurante El Patio, que Jaime frecuentaba muchísimo y era como su oficina, cuando alguien toca el vidrio. Se trataba de el libretista Juan Carlos Pérez, nosotros nunca habíamos trabajado juntos y él me dice que si puede hablar conmigo un minuto. Cuando salimos del restaurante, él me dice: “Voy a hacer Jaime Garzón y yo lo veo a usted ahí”.

¿Cómo recibiste esa propuesta?

Describirlo en palabras es casi imposible, pero es una emoción muy grande, como de miedo, de responsabilidad, como si te fueras a tirar en paracaídas y es posible que éste no se abra. Hay un montón de cosas que uno sabe que pueden pasar si se lanza: vida, amigos, carrera, familia, yo me voy a lanzar con todo eso.

¿Cómo se concretó finalmente tu participación en la serie?

De ese día a la realización pasaron tres años donde se hacía, no se hacía, se decía, no se decía. Muchas veces yo me despedí de Jaime diciéndole que no lo iba a poder hacer porque pasaba el tiempo y yo tenía que trabajar. Muchas veces dejaron de darme trabajo porque decían que yo era Jaime Garzón.

Entonces se llegó el momento: RCN contrata a Sergio Cabrera, él me llama, le hago el casting, ocho días después me llama de nuevo y dice que quiere volver a verme pues no estaba muy convencido, yo voy otra vez, hablo con él, me dice todo lo que quiere, hago de nuevo el casting… Hasta que recibo la llamada y me dice “quedaste”. Yo hice el casting y dije: “Qué rico ser Jaime”; cuando quedé dije: “Qué problema tan grande en el que me metí”.

¿Qué opinas del resultado final que los televidentes verán en la pantalla?

Esta es una parte de Jaime Garzón, una parte de la historia, un pedazo que quisimos contar y obviamente nos vamos a quedar cortos pues a pesar de su corta edad, Jaime genero muchísimas pasiones en este país y es muy difícil que la gente, a través de una serie, pueda vivir todo eso que el generó y sigue generando. Pero creo que lo que se hizo sí fue un trabajo muy bien pensado y creyendo en lo que estábamos haciendo. Hablamos lo que teníamos que hablar, dijimos lo que teníamos que decir; en la interpretación, la dirección y la escritura no se guardó absolutamente nada, todo está ahí. Algunas cosas las dejamos de hacer porque no se alcanza a contar todo, pero la esencia de lo que queríamos contar creo que va a estar ahí.

¿Cómo fue el trabajo con los demás actores de la serie?

Fui muy afortunado porque tuve cualquier cantidad de actores muy buenos. El hecho de estar en Garzón les daba una magia y una responsabilidad diferente. Eso me enamoro y ayudó muchísimo y siempre, en todas las escenas, era poco lo que yo tenía que hacer porque siempre estuve muy bien rodeado. Siempre tenía unos compañeros muy generosos a los que les gustaba proponer, dispuestos a trabajar. Siempre he creído que la interpretación y el éxito de los personajes se debe a que estuvieron muy bien rodeados, no solamente en la escena, sino también en la escritura y en general de un muy buen equipo de trabajo.

¿Te divertiste haciendo la serie?

Me divertí como niño. En el proceso de ‘lanzarme en paracaídas’ todavía no he caído, ni siquiera he abierto el paracaídas y no sé cómo voy a caer, pero hoy puedo decir que éste ha sido el viaje de mi vida. Fue una locura, me divertí muchísimo, lo sufrí porque no están fácil, también me cansé, llore de desespero, reí, quise hacer muchas escenas más, parar e irme a dormir, lo normal que se vive en una grabación, pero cuando se decía acción era maravilloso.

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De los personajes de Jaime Garzón, ¿cuál fue el más difícil de interpretar?

Heriberto de la Calle, con ese soñé, no dormí, tuve pesadillas, le tenía pavor, miedo.

Finalmente, ¿cómo lograste una interpretación tan compleja?

Al principio la idea era que yo no hiciera Heriberto porque se demoraba mucho en maquillaje y eso atrasaba la producción, pero yo rogué para que me dejaran hacerlo. Pedí una persona que supiera de imitaciones para que me ayudara con ese y con los demás personajes y el Canal me puso a un angelito llamado José Manuel Ospina. Él me iba indicando cómo lograr el personaje y yo lo preparaba en la casa. Con Heriberto yo decía: “Dios mío, lo que se nos vino encima”.

Cuando llegó el día de hacer a Heriberto yo estaba pegado del techo. La noche anterior no dormí y vi cualquier cantidad de veces sus videos. Ese día de grabación me vi con José Manuel, trabajamos toda la mañana y yo me propuse que mientras estuviera maquillado yo no era nadie más sino Heriberto. Esa práctica de estar todo el tiempo ahí socializando con la gente me ayudó muchísimo y al momento de hacerlo, ahí apareció la magia.

¿Qué nos puedes decir del trabajo con Sergio Cabrera?

El momento más emocionante de haber hecho Jaime Garzón fue haber conocido a Sergio Cabrera. El haber trabajado con ese señor, ni siquiera alcanzo a decirlo con palabras. Él en el set dice tres cosas y uno entiende perfectamente. Es un señor que tiene toda la serie en su cabeza, conoció a Garzón, tuvo anécdotas con él, entendía la historia de esa época muy bien: mejor director no se pudo haber conseguido. Lo que le aprendí no se lo he aprendido a nadie, durante muchísimos años, a él tengo que agradecerle, además, lo que aprendí para la vida.

Quizá una de las escenas más importantes y particulares de toda la serie fue la de la muerte de Jaime pues se grabó a bordo de la misma camioneta en la que él fue asesinado, ¿qué nos puedes contar de esa experiencia?

No hay miedo o algo paranormal, pero sí hubo un momento de la escena donde yo arrancaba desde lejos y la cámara y todo el mundo estaban muy lejos. En ese momento me sentí solo en el carro y caí en cuenta de que estaba interpretando a Garzón en el carro donde lo mataron y rodando la escena donde lo mataban. Ahí sí sentí como “Dios mío, esto es un poco extraño”. Sin embargo, como esa escena la grabé mucho tiempo después de estar rodando, parece normal lo que va a suceder. Yo creo que lo curioso es que el peso de esa escena no está en Jaime sino en la gente que sufre su muerte. Esa escena es interesante más por el dolor que causa en la gente que en el propio Garzón.

Después de toda esta experiencia, ¿quién es hoy para ti Jaime Garzón?

Un personaje es el que todos vimos y pudimos disfrutar y otro es el hijo, el que tiene una relación muy especial con su mamá, el que le costó adaptarse a este mundo, un tipo con un cambio de estado de ánimo constante, con muchísimas cosas en la cabeza, un tipo brillante que todo el tiempo buscaba sacar todo lo que tenía en su cabeza y por eso terminó haciendo de todo. En mi percepción, él nació en el país equivocado o este país no supo cómo cuidar a un personaje como estos.

Jaime Garzón es una persona que nos seguirá haciendo mucha falta. A él seguimos poniéndolo al frente: que él se burle de la gente y seguimos compartiendo un montón de sus frases. Esto me parece muy bonito, pero deberíamos hacer lo que él dijo: asumir la responsabilidad y no dejar que el siga diciendo las cosas, decirlas nosotros. Eso sí generaría un cambio y haríamos posible un legado que él nos dejó.

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