Capítulo 40 | Parte 1 - Claudia compra al gladiador esclavo

Los discípulos discuten sobre varios temas; el primero de ellos es la respuesta de Jesús a sus hermanos de no ir a las fiestas del tabernáculo porque su hora aún no ha llegado.

Prosiguen con su diálogo y mencionan las interpretaciones que hace Jesús de las sagradas escrituras asegurando que no entienden muchas de ellas.

Claudia, esposa de Poncio Pilatos, decide comprar al gladiador esclavo con el fin de ofrecerle una mejor vida. Dicha decisión es alabada por la sierva Diana y por el grupo de amigas de la primera dama que se muestran preocupadas por el bienestar de aquel miserable hombre.

Antipas se entera de que Poncio pagó el doble de lo que pedían por el hombre desafortunado y se burla, no puede creer que le haya cumplido ese “capricho” a Claudia. El gobernador se defiende diciendo que a diferencia de otras mujeres, ella sí lo merecía.

Barrabás se encuentra con uno de los apóstoles de Jesús en la ribera del río y se ofrece a cuidarle su caballo mientras el hombre llena su odre con agua. El ladrón aprovecha el descuido de aquel hombre para clavar una puntilla en una de las patas del animal.

Por otra parte, Santiago visita a Deborah y le pide que no busque a su hijo, o de lo contrario sería señalada y lapidada por pecadora. La joven le responde que está dispuesta a criarlo a pesar de que sea tildado de bastardo.

Una vez más Santiago le deja claro a Deborah que no la perdonará por su gran pecado y decide partir, dejando a su enamorada en un mar de lágrimas.

Gestas visita a su amante Judith para saber si va a tener un hijo suyo y la mujer le confirma la noticia. El ladrón se emociona y le expresa sus sentimientos de amor y le propone que huyan para poder estar juntos, pero ella se niega y lo echa del recinto.