Capítulo 34 - Parte 4 - Los romanos creen que Jesús fomenta las rebeliones | Jesús
Los romanos encuentran a los discípulos en la casa de Sara, por lo que creen que ellos y Jesús son los rebeldes.
Jesús se dirige con sus discípulos Pedro, Juan y Santiago hacia el monte Tabor para orar.
Mientras tanto, Herodías y Salomé salen de viaje con el propósito de que la joven olvide a su enamorado Longino y comience una nueva vida.
Barrabás entra a la fuerza al recinto del sumo sacerdote para reclamar su parte del corbán, pues ya sabe que el corbán fue devuelto y que los rebeldes cesaron la violencia.
El sumo sacerdote le responde que no puede acceder a sus pretensiones porque el corbán es sagrado, a lo que Barrabás responde que quizás Pilatos podría pagar una buena suma por revelarle dicho acuerdo.
El hombre reta a Barrabás a colaborar con los romanos, y él deja claro que si es para destituir a un sacerdote indigno que no cumple sus promesas le estaría haciendo un favor al pueblo.
El sumo sacerdote le responde que si lo delata se estaría delatando a sí mismo.
Petronio interroga a la mujer secuestrada sobre si trabaja para Caifás y los rebeldes, ella le deja claro que no es cierto y que es inocente. Él no le cree, ella le ofrece su cuerpo a cambio de su liberación.
En ese instante Poncio Pilato arriba al lugar del encarcelamiento y amenaza de muerte a la mujer con el veneno de una serpiente. Ella finalmente les confirma que trabajó para un sumo sacerdote, pero está arrepentida de lo hecho.
Por otra parte, los centuriones romanos llegan de nuevo a la casa de Sara y creen que los discípulos de Jesús, quienes se encuentran allí, son los rebeldes que ellos tanto buscan.
Uno de los soldados pregunta por el líder del grupo y los jóvenes responden que es Jesús, el Mesías. Los centuriones piensan que el hijo de Dios es uno de los rebeldes que fomenta la guerra contra los romanos.
