Capítulo 31 - Parte 2 - Jesús pone a prueba la fe de sus discípulos | Jesús

En medio de la cruda tormenta y a punto de perder la fe en el hijo del Mesías, los discípulos fueron sorprendidos por una silueta de un hombre que se visibilizaba a lo lejos.

“A la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar”, Mateo 14 25:26.

En medio de la tempestad reconocieron al Maestro y este les dijo “No temas, soy yo”.

Pedro, confundido por lo ocurrido, cuestiona aquel espectro y cree que es obra de Satanás. Así que menciona en voz alta: “Si usted es el Señor, mándeme a ir con usted sobre las aguas, nadie camina sobre las aguas”.

“Ven”, dice el hijo de María y José.

El hombre se levanta, se pone de pie sobre el agua y da unos pasos hacia su líder, pero de repente cae hundido en las aguas.

Pedro despierta acostado dentro de la barca y Jesús le dice: “hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.

Los demás seguidores se muestran felices por la presencia de Jesús y replican en voz alta que Él es en verdad el hijo de Dios.

Al llegar a tierra, Jesús es abordado por un hombre que le pide que cure a su pequeña hija. En ese momento comienza a llegar una multitud proveniente de muchas partes, todas con el propósito de pedirle a Jesús la cura para sus males.

Por otra parte, Adela le narra a Herodías la forma en qué encontró a su hija Salomé. La madre de la joven no cree en esas palabras, insulta a Adela por su oscuro pasado y le recrimina manifestándole que oculta a la joven porque quiere algo a cambio.

Laila le pide intensamente a su esposo Simón que no viaje. Este se enfada y ella le insiste diciendo que él no se puede ir porque tiene pesadillas y le da miedo quedarse sola en casa. Él le recalca que debe partir porque va a finiquitar unos negocios importantes.