El Chavo del 8 | Capítulos | El pastel de Doña Clotilde

Doña Clotilde hornea un pastel y lo deja en la ventana de su apartamento para que se repose. La Chilindrina lo observa y decide darle un probada, pero es sorprendida por la mujer. Al librarse de la señora, la pequeña corre a contarle al chavo para antojarlo y convencerlo de que la ayude a robarlo.

Luego de convencerlo, la niña le explica qué es lo que debe hacer para tomar el pastel sin que Doña Clotilde se dé cuenta. El pequeño se arrastra hasta la ventana para tomarla, pero una vez más son sorprendidos por la mujer. El chavo disimula diciendo que está jugando a ser perrito y logra pasar desapercibido.

Kiko llega al lugar y la Chilindrina también lo convence de que tome el pastel y el pequeño logra hacerlo sin que se dé cuenta, pero el chavo lo devuelve debido a que no lo hizo de rodillas. A raíz de esto, la Chilindrina crea un nuevo plan y le explica al chavo que Kiko y ella distraerán a la señora para que él pueda tomar el pastel sin ningún problema.

Mientras ponían a prueba la nueva estrategia, el chavo se toma muy en serio el papel de la Chilindrina y comienza a llorar, pues cree que la pequeña realmente murió.

Tras varios intentos, el chavo logra apoderarse de la torta que horneó Doña Clotilde y los niños se lo comen completo. Esto ocasiona que la Chilindrina se enferme de la panza y no pueda salir a jugar. Para que se mejore, Don Ramón le da un remedio, pero la niña se niega a tomárselo. Al ver lo mal que se sentía la Chilindrina, el chavo decide ir a visitarla.

Finalmente, la Chilindrina se mejora y asisten a la fiesta de la buena vecindad. Durante la celebración, los niños entran en una gran discusión por no poder presentar sus actos musicales con tranquilidad.