Alejandra Azcárate pasó una gran vergüenza por el mal aliento de su perrita

Mariposa, la tierna ‘hija’ de cuatro patas de Alejandra Azcárate suele robarse el show en las redes sociales de la humorista por las constantes publicaciones en las que es protagonista. La pequeña mascota tiene, según su ‘mamá’, muy buenos modales, pero no fue por ello por lo que llamó la atención recientemente.

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Hoy fue un día especial en Cartagena. Digo especial porque por primera vez traje a Mariposa a conocer una de mis ciudades favoritas de Colombia. Todo me imaginé menos que mi perra se fuera a encontrar de frente literalmente una muralla. Nos impidieron la entrada a siete, siete restaurantes del centro. Sí, en pleno casco antiguo nos restringieron el acceso de la manera más fría, incluso grosera y sin mayor sustentación. Entiendo que la convivencia social establece determinadas normas y que los estatutos de sanidad son rigurosos, lo cual respeto. Sin embargo cuando el argumento es la eventual y subjetiva molestia de ciertos comensales ante la presencia de un animal, me parece ofensivo. Yo no pretendo que compartan con una mascota y menos ajena, pero sí que en determinada zona nos permitan estar sin incomodar. Comprendo que a muchos humanos les fastidien los perros, a mí me fastidian los humanos. Me parece grotesco ver en un restaurante a alguien tratando mal a un mesero, agachando la cabeza hacia el plato para tomar los alimentos, eructando, sacándose de las muelas los restos de comida con un palillo, gritando, haciendo rollos con la servilleta de papel, sonándose en la mesa, escondiendo lo que masticó en el cachete interno como un hámster, sorbiendo los líquidos o dejando los cubiertos separados al terminar. Si de tolerancia estamos hablando, empecemos por ser conscientes de cómo nos comportamos antes de rechazar de forma implacable a seres que muchas veces demuestran tener mejores modales que nosotros. Gracias a @bohemiarestaurante por recibirnos con tanta amabilidad. No solo me ubicaron en una hermosa terraza con mi perra, sino que la consintieron con afecto y le sirvieron agua mientras comía su concentrado de mi mano porque estaba partida del hambre. Lo importante es que nadie pudo dañarnos la tarde porque estando juntas somos felices y a la piscina fuimos a dar. Entrada la noche intenté explicarle a Mariposa lo que había sucedido porque la noté bastante apagada ante tanta insensibilidad, sin embargo con sus ojos me dijo que no me desgastara exponiéndole un sartal de justificaciones innecesarias, al fin y al cabo ella sí sabe lo animales que somos los humanos.

Una publicación compartida por ALEJANDRA AZCÁRATE (@laazcarateoficial) el 6 de Feb de 2018 a las 8:16 PST

De acuerdo con un relato publicado por la actriz, en su cuenta de Instagram, el incidente se presentó por una característica de su perrita relacionado con su mal aliento o "halitosis con aletas", como le ha llamado la Azcárate a este problema bucal del que, así como los humanos, también padecen algunos animales al producir placa bacteriana, sarro y cálculos.

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Pues la presentadora pasó por una “vergüenza mayúscula” cuando se encontraba en una importante reunión de trabajo con un grupo de ejecutivos, encuentro al que, como siempre, llevó a su inseparable compañera.

“(Mariposa) tiene un pequeño detalle que la aleja de los códigos de socialización y es su aliento. Sinceramente les digo que, si no parpadeara, por el bafo juraría no que está muerta sino mal enterrada”, comentó, con su humor característico, al hacer referencia a la condición por la cual su mascota “se lució como nunca” en la citada reunión que se realizó en un salón a puerta cerrada.

“En plena junta le dio por meterse un bostezo de tal magnitud, que los cinco ejecutivos de inmediato se preguntaron, entre sí, de dónde provenía ese inesperado olor a pie de atleta que, en segundos, generó una nube en el ambiente. Yo en silencio me fruncí y procuré continuar como si nada hubiera pasado”, continuó su relato.

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Pero ahí no paró la cosa, según la bogotana, Mariposa suele ser muy cariñosa con los hombres, así que de haber tenido ese gesto con los ejecutivos, la pena hubiera podido ser mayor.

“Al terminar me le acerqué de forma sutil porque, como buena perra detesta que le llame la atención en público, así que con suavidad le pedí que ni se le ocurriera ir a tener un gesto de seducción con los personajes. A ella le fascina lamerle las orejas a los hombres y dadas las circunstancias odoríferas, esa habría sido mi desgracia”, concluyó.

Les cuento que hace unas semanas Mariposa me hizo pasar una vergüenza mayúscula. Me acompañó a una reunión muy importante de trabajo que era en un salón a puerta cerrada y se lució como nunca. Ella está acostumbrada a andar conmigo para arriba y para abajo así que desde que era una cachorra, procuré enseñarle buenos modales. No le ladra a los extraños, no coge de baño los tapetes ajenos, da la pata al saludar, bate la cola ante las manifestaciones de cariño y se sienta donde le digo solo con una indicación visual. Sin embargo tiene un pequeño detalle que la aleja de los códigos de socialización y es su aliento. Sinceramente les digo que si no parpadeara, por el bafo juraría no que está muerta sino mal enterrada. Como les venía diciendo, en plena junta le dio por meterse un bostezo de tal magnitud, que los cinco ejecutivos de inmediato se preguntaron entre sí de dónde provenía ese inesperado olor a pie de atleta que en segundos generó una nube en el ambiente. Yo en silencio me fruncí y procuré continuar como si nada hubiera pasado. Al terminar me le acerqué de forma sutil porque como buena perra, detesta que le llame la atención en público, así que con suavidad le pedí que ni se le ocurriera ir a tener un gesto de seducción con los personajes. A ella le fascina lamerle las orejas a los hombres y dadas las circunstancias odoríferas, esa habría sido mi desgracia. El caso es que encontré la solución y quiero compartírselas porque sé que muchos amos tienen el mismo inconveniente con sus perros y sus gatos. La luz al final de túnel, bucal, se llama Aquadent de Virbac. Una pequeña dosis del enjuague mezclado en la taza del agua, ha sido suficiente para facilitarle su higiene oral diaria, limitarle la formación de placa dental, acumulación de sarro y aniquilarle el dragón que esconde debajo de la lengua. Como verán, le encanta el sabor a menta y ahora le dio por meter hasta las orejas. ¿Que dónde lo consiguen? En su veterinaria de confianza y entrando de inmediato a @virbac_colombia donde encontrarán información muy útil para cuidar a sus mascotas con el amor y sobre todo con la responsabilidad que se merecen.

Una publicación compartida por ALEJANDRA AZCÁRATE (@laazcarateoficial) el 21 de Jun de 2018 a las 4:18 PDT

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