El Chavo del 8 | Capítulos | La crema pastelera
Los niños de la vecindad juegan a los pasteles con la crema de afeitar de Don Ramón.
Don Ramón estaba en la búsqueda de su crema para afeitar y vio a su hija jugando con ella a los pastelitos. Cuando se la quitó, sin culpa le pegó a Doña Florinda, quien iba pasando cerca de ellos. La mujer se enojó mucho, pues pensó que eso lo hizo con un propósito.
La Chilindrina le prestó las corbatas de su padre a El Chavo, su gram amigo, y el cable de la plancha a Quico. Don Ramón se enojó mucho, le dio a cada niño un golpe, Quico gritó llamando a su mamá, Doña Florinda, y ella salió y le dio una cachetada por pellizcar a su hijo.
La Chilindrina trató de justificarse echando al agua a su amigo, y lo único que se le ocurrió fue decirle a su padre que no era la única vez que El Chavo tomaba sus corbatas para jugar, pues la semana pasada las usó como correa para pasear un perro que encontró en la calle y tomó como mascota.
Además, los niños confesaron que no solo usaron las corbatas, sino que también hicieron uso del cepillo de dientes de Don Ramón para lavarle los dientes al pequeño animal.
Al día siguiente, a El Chavo le regalaron unos platos desechables. Cuando la Chilindrina supo esto le propuso jugar a la comidita, él no quería aceptar, pues dice que ese es un juego de niñas.
Para que él aceptara su juego, ella le dijo que usarían comida de verdad. A El Chavo le gustó esa idea e invitó a Quico para que jugaran los tres.
Juntos jugaban muy a gusto, pero El Chavo y Quico comieron de la espuma pensando que era crema pastelera. Quico fue con su madre para decirle lo que pasó, y cuando salieron, Doña Florinda vio a Don Ramón acercarse a los platos llenos de espuma, tomó uno y se lo lanzó en la cara.
