El Chavo del 8 | Capítulos | En la vecindad no hay agua

En la vecindad del chavo no hay ni una gota de agua, la Chilindrina culpa a Doña Clotilde de esto manifestando que hizo una brujería para que el agua desapareciera.

Don Ramón le pide al chavo que vaya a la vecindad del frente por agua, pero él se niega a hacerlo; al final debe que hacer caso, pero don Ramón no solo lo envía a él, también le dice a la Chilindrina que ayude a su amigo a traer varias cubetas llenas de agua. Doña Florinda al igual le pide a Quico que vaya a traer agua.

En la vecindad no hay agua desde hace tres días, pues Quico y el chavo jugando dañaron la tubería y se quedaron callados para que no los regañaran.

Los niños traen diferentes cubetas llenas de agua, don Ramón y doña Florinda se pelean por el agua, esto debido a que sus cubetas son muy parecidas, por consecuencia, los niños tienen que ir una y otra vez por agua a la vecindad de al frente.

Doña Clotilde sale de su casa para ir a la tienda, como es costumbre los niños se asustan al verla porque la consideran una “bruja”. Ella pasa por alto lo dicho por los niños y va a la casa de don Ramón a pedirle que le guarde un poco de agua, él muy amablemente accede y la mujer le lanza un piropo de agradecimiento.

El chavo trae una cubeta llena de agua, la riega, don Ramón se enoja y va a darle un golpe en la cabeza, pero el chavo se coloca la cubeta en la cabeza y el hombre se lastima la mano.

El chavo les cuenta a sus amigos sobre esta nueva técnica que ideó para evitar los golpes de don Ramón, y al enseñárselas toma una cubeta llena de agua y se la echa encima.

Quico se burla del chavo, y al querer realizar la misma maniobra, de igual manera termina mojado por completo.

Don Ramón les reclama a los niños por desperdiciar el agua, en ese momento sale doña Florinda en compañía del profesor Jirafales y  al ver a Quico totalmente mojado, culpan a don Ramón y sin pensarlo dos veces fueron a llenarlo de golpes.

Don Ramón usa la misma técnica del chavo, se pone el balde en la cabeza y evita que doña Florinda le dé una cacheteada.