Capítulo 9 | Segarrita, el padre de los periodistas

En el año 2015, el municipio de Corinto, Cauca, empezó a sospechar que en las calles andaba suelto un monstruo disfrazado de oveja, un nuevo mal que, sin darse cuenta, había puesto en peligro el bienestar de los niños.

Se trata de Fabián Vivas, un hombre que le hizo creer a los habitantes del pueblo que era una persona con buenas intenciones y que su único propósito era educar a los pequeños del jardín en el que llevaba algunos años trabajando como profesor de párvulos.

Fue hasta después de tres años que los padres de familia se enteraron de que el profesor solía llevarse a los niños a los baños para sobrepasarse con ellos y que, en ocasiones, también realizaba actos obscenos con los menores de cinco años en el salón de clases.

En el momento en el que se supo la verdad sobre lo que sucedía, los papás de los niños afectados buscaron ayuda con el psicólogo de la escuela adscrita al ICBF, pero para su sorpresa, el especialista les aseguró que era posible que los infantes estuvieran confundidos, ya que, a veces, puede ocurrir que cuando les tocan una pierna ellos lo sienten como si les hubieran tocado un génital.

Insatisfechos con su respuesta, buscaron ayuda en la fiscalía, pero nuevamente fueron rechazados. Resulta que a los ojos del fiscal encargado del caso, aún no hay suficientes pruebas para dar un veredicto sobre el caso. Además, la fiscalía insiste en archivar el caso dado a que el testimonio de los menores no es concluyente, lo que quiere decir que los niños podrían estar mintiendo.

Por otro lado, en este capítulo de Cuatro Caminos, el equipo de investigación se tomó el trabajo de ir hasta Ecuador para reconstruir y recordar con admiración la historia de Efraín Segarra, mejor conocido como Segarrita. Un hombre que fue considerado como el mentor y padre de los periodistas del diario El Comercio.

Gracias a su larga trayectoria en el periódico, Efraín logró adquirir la experiencia necesaria para convertirse en el mentor no solo de los novatos que se unían al grupo de trabajo, sino también en el padrino de su hijo Cristian quien logró cumplir su sueño de ser periodista.

Fue el pasado 13 de abril, 18 días después de haber sido secuestrado, que se supo la lamentable noticia de que Segarrita había sido asesinado junto a sus dos compañeros, por el Frente Oliver Sinisterra, grupo disidente de las FARC al mando de alias Guacho.

La muerte de Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas, a manos de alias Guacho, conmovió y puso de luto no solo al vecino país, sino también a todo Colombia.

Aunque estos tres hombres ya no estén entre nosotros, su espíritu continúa vivo entre los familiares, allegados de los periodistas y entre todos aquellos que aún luchan por la justicia y sueñan con un mundo sin violencia.

Para expresar su luto y dolor a la sociedad por la pérdida de estos valiosos integrantes del equipo, el medio de comunicación acordó que durante un año llevarían el lazo de luto en su logotipo; también destinaron un mural en la sala de redacción para adornar con flores y recuerdos de los difuntos compañeros; además, sus puestos de trabajo se convirtieron en el nido de unas pequeñas gaviotas de papel hechas por los periodistas con emotivos mensajes para los que fueron sus grandes amigos.