Terapia para el alma: Violencia

Al hablar de violencia, comúnmente la asociamos con un aspecto físico, sin embargo, esta puede ser de carácter sexual, económico, emocional, psicológico o religioso. Hay muchas formas de ejercer violencia en otra persona.

Para llamarle violencia a algo, tiene que haber intención de dañar a otra persona. Puede ser cualquier daño o agresión, o uso del poder inadecuado que ejerzamos sobre otro individuo.

Actitudes como la burla, el chiste, la humillación, palabras incómodas o hacer sentir mal a alguien, son violencia. Estos comportamientos normalizados pueden intensificarse, hasta convertirse en una agresión física.

En la infancia la violencia tiene un impacto muy marcado. Un niño que ha crecido en un entorno violento, de gritos, golpes, maltratos, es muy propenso a repetir estas conductas a futuro, o a ser un adulto pasivo, dependiente o con traumas psicológicos.

Te recomendamos: Sexualidad: Pruebas de embarazo

En esta ocasión, Paloma nos deja estas cinco herramientas, para afrontar la violencia:

1. Reconocer y regular nuestras emociones. Tengo que entender cómo me siento, cómo me siento en el contexto en el que estoy para poder saber si estoy siendo víctima de violencia o no
2. Hay que fortalecer los canales de comunicación. Se nos olvida mucho que la comunicación es la base de todo y tantas cosas que se enredan porque hay una mala comunicación o porque nos imaginamos cosas
3. Recordar que tenemos estrategias alternativas para resolver conflictos. Puedo tomar distancia, puedo pedir la mediación de un tercero si siento que no lo puedo resolver yo
4. Establecer normas y reglas claras de convivencia. Si sabemos las cosas que al otro le molestan, no las vamos a hacer
5. Busca ayuda profesional

No dejes de ver: Terapia para el alma: Cómo corregir a los niños