Capítulo 37 | Parte 2 - La lucha a muerte comienza
Poncio Pilatos busca a toda costa divertirse con el dolor ajeno, por eso la pelea inicia con varias sorpresas.
Los discípulos discuten entre sí a causa de la liberación realizada por Goy a una mujer poseída, pues la mayoría siente celos del poder que tuvo el hombre para sanarla.
Satanás aparece en la escena para tentarlos, él se divierte generando divisiones entre las personas. Lucifer los incita a pelear también con Santiago, Pedro y Juan por haber sido los elegidos por el Mesías para acompañarlo al monte Tabor.
Por otra parte, Poncio Pilatos da inicio a la lucha de vigas. Muy emocionado elige a Susana y a su padre Shavaca para que se enfrenten a muerte. La pareja titubea y el gobernador pierde la paciencia, les exige que peleen de verdad y con armas más contundentes.
La mujer le corta un brazo a su padre y este le pide que continúe luchando. Finalmente, Shavaca doblega a su hija y la domina con la espada.
El siguiente turno es para Vigor y la “aberración de Babilonia”, quien muy asustado no es capaz de responder a las provocaciones de su contrincante.
Al ver el espectáculo tan repugnante la sierva Diana se llena de tristeza y frustración por no haber podido ayudar al esclavo a escapar.
Claudia le pide a Poncio que detenga la pelea, ya que el joven esclavo no es gladiador. El gobernador se molesta con su esposa y la amenaza con regresarla a Roma para que recuerde las “viejas costumbres”.
El joven sale corriendo despavorido, pero es atrapado por los soldados y puesto de nuevo en el escenario de la pelea. Vigor lo hiere en la espalda y la sierva Diana sale en su defensa gritando y la contienda se detiene.
Molesto por lo sucedido, Poncio pide que regresen al esclavo a la celda donde está encerrado.
El gran pensador dedica unas palabras a la hermana del soldado Petronio y le confiesa la gran admiración que siente por ella. Sin embargo, él se despide de la mujer y prepara su equipaje.
